Un estudio concluye que los edificios de Avilés desperdician entre el 30 y el 40% de su calor
Artículo sobre nuestro proyecto de mapa termográfico de Asturias en el diario La Voz de Avilés el 15 de noviembre de 2015
-
Un despacho de arquitectura analiza con termografías el estado de 200 inmuebles de la comarca
Es la conclusión de un análisis realizado por los cuatro arquitectos (Rufino Martínez, Ángela Fernández, Felipe Uría y Juan Carlos Rey) que integran el estudio avilesino Esteno. Para ello han recurrido a las técnicas de la termografía.
La cámara termográfica permite realizar un estudio no invasivo de las pérdidas de calor en las diferentes construcciones. Una escalera de color que va desde el amarillo, que representa la máxima pérdida, al azul oscuro permite conocer las carencias en el aislamiento.
A lo largo del pasado invierno estudiaron cerca de 200 edificios en la comarca, en Avilés, Piedras Blancas y Salinas. En Avilés se termografiaron 61 construcciones, en Piedras Blancas 79 y en Salinas 57. En la web del estudio se informa de las diferentes localizaciones por si alguna comunidad quiere conocer los datos concretos de su inmueble.
Habitualmente, el trabajo se realiza de noche, ya que es cuando se producen las mayores diferencias térmicas entre el inmueble y el entorno.
Una vez recogidas las imágenes en el exterior, durante la primavera y el verano se procesaron los datos. En el próximo invierno, seguirán con el análisis que se extiende a otras ciudades asturianas, como Oviedo, con el objetivo de documentar la situación del parque inmobiliario asturiano.
En este primer estudio de campo, sus cámaras apuntaron, principalmente, a los edificios históricos, pero también a diferentes viviendas particulares donde, en algunos casos, llegaron a situar con precisión sus radiadores por las pérdidas de calor registradas.
Los autores también se regalaron algunas tomas especiales, como una vista de la playa de Salinas con los Gauzones como un faro de calor. O la línea del cielo de Avilés, donde se aprecia el calor desprendido por los vehículos en la arteria del puerto o las diferencias en la pérdida de calor en el auditorio del Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer en función del aislante utilizado en su fachada.
Su primera conclusión es que, con una pérdida de calor de entre el 30 y el 40%, los avilesinos emplean sus calefacciones «en calentar la ciudad tanto como su casa», apunta Felipe Uría. «Los mayores problemas se detectan en las construcciones que datan de la década de los 50 a los 70», apunta Ángela Fernández.
El problema no es exclusivamente avilesino. Esteno también ha realizado su trabajo en Oviedo y Gijón con unos resultados similares a la comarca.
Esto se debe a que, hasta la segunda mitad de la década de los 70, España no se dotó de una normativa que fijase de manera homologada los criterios de construcción en el país.
Fue un primer paso, aunque hasta la reforma de 2008 no se introdujeron los criterios de aislamiento. «De esta manera, tenemos edificios que están bien construidos, pero que presentan soluciones que no son adecuadas en el aislamiento», afirma Rufino Martínez.
En cambio, los edificios antiguos presentan menos problemas en las pérdidas de calor, como lo demuestra alguna de sus imágenes del Ayuntamiento de Avilés.
El paseo termográfico por Avilés realizado por los integrantes de Esteno permite comprobar como la cultura de la eficiencia energética en la construcción era muy escasa incluso en épocas recientes. Edificios construidos en la década de los 90 y rehabilitaciones de esos años muestran importantes pérdidas de calor en su fachada. En algunos se aprecia perfectamente el puente térmico y su pérdida de calor hacia el exterior. O que las soluciones para los cristales de las ventanas no son las más eficientes para el consumo energético.
La reforma legislativa introduce un cambio en el modelo. Las ciudades donde no importaba el gasto energético quieren convertirse ahora en urbes eficientes energéticamente, con los menores gastos posibles en energía.
«Un edificio bien aislado energéticamente, siempre presentará un menor consumo de calefacción. Además, en el caso de renovar los sistemas de calefacción, los propietarios no invertirán en equipos tan potentes, ya que al desperdiciar menos calor podrán ajustar mejor su consumo», comenta Rufino Martínez.
Una vez realizado el estudio, los arquitectos se dirigieron a varias de las comunidades de vecinos para presentarles los datos. «Nos recibieron como marcianos cuando les hablábamos de las termografías y los resultados de sus edificios», señala Juan Carlos Rey.
Ayudas del Principado
Aunque el equipo ha realizado las termografías por su iniciativa, también se encuentran abiertos a realizar los estudios por encargo de las comunidades. Es una opción que aconsejan de cara a las ayudas a la rehabilitación y mejora energética de las viviendas.
«En general, en el sector el año pasado hubo mucho movimiento de cara la convocatoria del Principado que se cerró el mes de agosto. Comenzó en mayo y generó mucha actividad. Esperamos la convocatoria de 2016, pero suponemos que el calendario se mantendrá en unas fechas similares», destacó Rey.
Las pérdidas de calor detectadas, junto con las características de los inmuebles, permite que los profesionales establezcan la mejor solución para mejorar la sostenibilidad del inmueble en cuestión. La propuesta puede ir desde la cámara de aire, al aislamiento térmico por el exterior o los diferentes sistemas de fachada ventilada, una de las más utilizadas en la actualidad por su eficacia, aunque también es de las más caras.
Como remarcan los integrantes de Esteno, las inversiones en mejora de los aislamientos se amortizan en el plazo de cuatro o cinco años por el ahorro en los consumos energéticos. Además, no se puede olvidar que en la actualidad muchas de estas intervenciones se encuentran subvencionadas por las administraciones, tanto local, como regional, incluso nacional.
- Publicado en Comunidades
Edificios que calientan calles
Artículo sobre nuestro proyecto de mapa termográfico de Asturias en el diario El Comercio el 8 de noviembre de 2015
Rufino Martínez del Río, Ángela Fernández y Juan Carlos Rey, tres de los cuatro arquitectos del equipo, delante del hotel de la Reconquista, uno de los edificios analizados. / A. P.
-
El idóneo control del calor puede permitir a las administraciones públicas y comunidades de vecinos ahorrar hasta un 30% en la factura
-
Esteno Arquitectura realiza el primer estudio termográfico en más de 600 inmuebles de Oviedo
En medio de la búsqueda social de la sostenibilidad, el mapa elaborado sirve de base para diagnosticar y saber ‘atacar’ las fugas de calor de los inmuebles, algo que puede permitir a muchos ovetenses un ahorro de entre el 30 y 35% en la factura y por tanto, las inversiones requeridas se amortizan en cinco años, según sus cálculos. El estudio -también extendido a Gijón, Avilés, Piedras Blancas y Salinas- va dirigido tanto a Administraciones públicas como a comunidades de propietarios.
Este equipo, tras analizar el parque urbanístico de la ciudad, ha llegado a un conclusión: «Gran parte del consumo de combustibles de nuestros edificios se destina, casi literalmente, a calentar nuestra ciudad; si aislas la envolvente estás solucionando gran parte del problema», explica el gerente, Rufino Martínez del Río, uno de los cuatro que trabajan en el proyecto, junto con Juan Carlos Rey, Ángela Fernández y Felipe Uría.
La situación, ejemplifica el grupo, sucede a diario en épocas de frío. Al encender la calefacción en casa o en la oficina, parte de ese calor se pierde y sale a la calle. Una tarde de invierno, dentro de la vivienda puede registrarse una temperatura de 22 grados, en el exterior 7 y en la fachada, 11. Se debe a la falta de aislamiento en construcciones menos actuales, aquellas levantadas antes de que la ley fuera más estricta, desde mediados del siglo pasado y hasta el año 2008, momento de la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación. Da igual encender los aparatos de calefacción horas y horas si parte de esa energía «la estamos tirando a la calle y por tanto, estamos tirando el dinero», advierte Rey.
Como punto de partida, este equipo decidió «hacer un anillo perimetral de Oviedo, tomando la Ronda Sur, Hermanos Pidal… y partiendo de ese anillo algunas ramificaciones intentando entrar en prácticamente todos los barrios que van rodeando la periferia hacia el interior», detalla. Las cifras que aportan no pueden ser más concluyentes: «Un 90% de ellos no cumplen. En los últimos 50 años no se aplicaba nada de aislamiento térmico».
Fuera de los meses veraniegos y las horas más calurosas, donde las temperaturas registran menores diferencias, los arquitectos aprovecharon las horas de madrugada, sobre las seis o las siete de la mañana, para estudiar el calor a través de un avanzado aparato. Una técnica no desconocida para los cinéfilos. En la película ‘El silencio de los corderos’, Hannibal portaba unas gafas para detectar a la chica por el calor humano y ha sido reflejado en películas de guerra, para detectar al enemigo a pesar de la oscuridad.
Aplicado al campo de la arquitectura y a lo local, el análisis es muy variado, desde el Palacio de Congresos, por donde salen a través de sus arcos grandes masas de calor, el colegio San Pedro de los Arcos o el Banco de España, «que por poner otro ejemplo tiene unas pérdidas de calor enormes». En general, los edificios de la administración y los educativos registran grandes deficiencias des de el punto de vista termográfico. Aunque no todos presentan el mismo grado. En el hotel del Reconquista, otro de los edificios analizados, «estamos viendo una fachada de piedra. Se ve una imagen muy uniforme del edificio porque prácticamente todas estas zonas amarillas están a la misma temperatura. Desde el punto de vista termográfico no es la imagen más representiva».
En el ámbito residencial, en la calle Independencia, Ventura Rodríguez o Arquitecto Reguera se encuentran otros edificios destacados. En un lateral de la Escuela de Minas se haya un inmueble con cambios de hasta 5 y 13 grados en la fachada. Esto quiere decir que la energía sale al exterior «porque la fachada no está aislada», comenta el equipo. «Se puede tener una caldera maravillosa y unas pérdidas tremendas», advierte Martínez del Río.
Además del diagnóstico, la empresa ofrece la solución. Estudian cuál es la mejor rehabilitación. Hay varias técnicas aplicables: proponen un aislamiento a través de las cámaras de aire, generalmente en edificios protegidos, en otros un sistema de aislamiento térmico por el exterior, y una fachada ventilada en otros con un valor arquitectónico menor. «Son alternativas en función de los barrios, igual no puedes poner una fachada ventilada, pero sí inyectar aislamiento en la cámara de aire que es más barato». Actuaciones de importante coste pero que se puede rentabilizar, según Martínez, porque en lugar de poner la calefacción diez horas solo haría falta ponerla cinco».
Las Administraciones públicas, más volcadas en la rehabilitación que en la nueva construcción, apuestan desde hace unos años por mejorar las condiciones de los inmuebles. La normativa obliga a construir edificios sostenibles y, para los anteriores, fomenta la rehabilitación sostenible a través de las ayudas. De hecho, hay subvenciones de ámbito estatal, regional y local para los comunidades de propietarios. En Oviedo, con este pionero mapa, este equipo ha dado un paso más para ganar en sostenibilidad.
- Publicado en Comunidades
¿Cuál es proceso correcto para la contratación en la rehabilitación de un edificio?
Al amparo de la ley de Rehabilitación, Regeneración y Renovación urbanas y con el fin de aprovechar las diferentes subvenciones que se ofrecen a las comunidades de propietarios, están empezando a plantearse muchas obras de rehabilitación de fachadas, cubiertas o portales.
Este tipo de obras tienen varias peculiaridades que hacen que el proceso de contratación y de realización sea diferente al de una obra individual en nuestra casa.
Principalmente la diferencia está en que la Comunidad, como promotora, debe tomar decisiones de manera colectiva y eso hace que el proceso suele ser menos rápido. Algo que puede tomarse como una desventaja pero que también puede convertirse en una oportunidad.
Las decisiones colectivas, tomadas en un entorno de información completa y suficiente, redundan en una mayor cohesión de los propietarios y, por tanto, en una capacidad mayor de control sobre las obras.
Es muy recomendable que, al iniciar estos proyectos, se asiente el proceso primero en la organización a través de una persona responsable o de una comisión de obras con suficiente criterio y autoridad dentro del edificio. Esto va a facilitar que la reflexión previa a las decisiones se haga con más agilidad y que las opciones elegidas lo sean con más solidez.
En las obras hay 3 agentes claramente diferenciados: el promotor, el técnico y el constructor. Cada uno de ellos debe trabajar de modo independiente y con capacidad de decidir en su ámbito. El promotor (la comunidad de vecinos) es el principal, sin duda, y dedicar un esfuerzo inicial a organizarse es una inversión muy rentable.
A partir de ahí, las decisiones y toma de acuerdos deben aparecer basadas en la mejor información administrativa y técnica para lo que los mejores aliados serán el administrador de fincas (si cuentan con él) y el arquitecto.
La elección del arquitecto debe hacerse también con calma. Para que una obra se desarrolle en los mejores términos el arquitecto debe ser el agente de confianza del promotor, garantizando la calidad y seguridad de las obras. Para ello la independencia respecto de las empresas constructoras es muy valiosa.
Aunque en muchos casos no se reparaba en estos detalles, el aumento de las experiencias de rehabilitación para comunidades empieza a traducirse en una mayor organización y, con buen criterio, en la contratación del arquitecto de manera separada a la de la obra.
Felipe Uría de la Fuente
Arquitecto
- Publicado en Comunidades